¡FELIZ
AÑO NUEVO 2018!
¡Bienvenidos!
Para recibir
el año lleno de alegría y ánimo, los invitamos a trabajar durante este mes el
valor de la “SOLIDARIDAD”.
La
solidaridad es un valor que consiste en dar ayuda a quien lo necesita sin
esperar recibir algo a cambio.
Lee con tu
familia el siguiente cuento:
Carta a los Reyes Magos
Rubén era un niño muy feliz. Sus papás y su
hermano Óscar lo querían mucho y les encantaba hacer cosas juntos. También
tenía muchos amigos con los que jugaba cada día, pero, su mejor amigo era
Rusti, un perrito al que adoraba y con el que iba siempre a todos lados.
Quedaba muy poco para que llegara la Navidad y los niños ya pensaban en los regalos que iban a pedir ese año. Hablaban de nuevos juguetes, de
chucherías, libros y un montón de cosas más.
Un día, mientras los amigos de Rubén jugaban en el parque, apareció el niño con Rusti. A todos les gustaba mucho jugar con el perro de Rubén: - Rubén, ¡suelta a Rusti para que corra con nosotros! – le decían los niños - Mis padres dicen que no lo puedo soltar. Rusti es pequeño aún y puede
escaparse – les explicaba Rubén.
Pero los niños estaban empeñados en soltar a
Rusti así que, al final, se salieron con la suya y convencieron a Rubén para
que lo soltara.
Todos corrieron y jugaron con el perro de su amigo. Le tiraban ramitas para que fuera por ellas hasta que, de repente, Rusti se escapó. Rubén lo llamaba a gritos y todos sus amigos lo buscaban por todos lados,
pero
no lo encontraron.
Rubén se fue a casa muy triste. Su mejor amigo se había ido y no sabía dónde encontrarlo. Les contó a sus padres muy avergonzado lo que había pasado por haberles desobedecido y entre todos buscaron a Rusti. Pusieron carteles, preguntaron a todo el mundo y recorrieron todas las
calles,
sin embargo, Rusti no aparecía.
Al día siguiente, estando en el colegio, todos vieron lo triste que estaba Rubén. Ya no era el niño feliz que siempre estaba contento jugando con todos. Ese día, la profesora les pidió que escribieran una carta a los Reyes Magos con los tres regalos que más querían. Entonces, todos los niños escribieron
sus
cartas y las leyeron en voz alta.
A Rubén le tocó leer la suya el primero así que
lo hizo muy triste:
- Yo este año sólo quiero pedir a los Reyes Magos un regalo: que encuentren a Rusti y me lo traigan de nuevo.
- Rubén, el ejercicio consistía en escribir
tres regalos como, por ejemplo, un juguete, un libro y chucherías. Se que
estás muy triste, pero los Reyes Magos no pueden traerte a Rusti – le dijo la
profesora.
Los amigos de Rubén se dieron cuenta de que Rusti se había escapado por su culpa y de que Rubén estaba muy muy muy triste. Quisieron ayudarlo y, de repente, todos cambiaron sus cartas y las fueron leyendo en voz alta: - Profesora, yo este año también quiero pedir sólo un regalo: quiero que los Reyes busquen a Rusti y que Rubén sea otra vez tan feliz. Seguro que los Reyes Magos son capaces de encontrarlo – leyó el primer niño - ¡Yo quiero lo mismo! – dijo el siguiente niño. Y así, todos los niños pidieron en sus cartas a los Reyes Magos que Rubén recuperara a su perrito y esperaron con impaciencia a que llegara la noche de Reyes.
Esa mañana, cuando los niños despertaron en sus
casas, vieron cómo todo estaba lleno de regalos. Estaban muy sorprendidos
porque ellos no habían pedido en sus cartas ningún juguete, pero todos
encontraron una notita
que decía:
"Habéis reconocido vuestro error eligiendo
hacer feliz a un amigo antes que pedir cualquier juguete. Eso os hace unos
niños buenos, así que aquí tenéis un montón de juguetes como agradecimiento y
regalo."
Firmado:
Los Reyes Magos
Cuando se despertó Rubén encontró también
muchos regalos y juguetes. Había una caja más grande que se movía y cuando
Rubén se acercó a abrirla, su amigo Rusti salió de la caja dando un salto de
felicidad enorme.
- ¡Rusti! ¡Cuánto te he echado de menos!
Prométeme que serás un perro
bueno
y no volverás a escaparte.
- ¡Guau, guau! - ladró Rusti mientras daba un
lametazo en la cara a Rubén.
Y por fin, Rubén y Rusti volvieron a estar juntos para no separarse nunca jamás.
FIN
|
Realiza un
dibujo sobre el cuento y escribe, en que forma practicarás la solidaridad en
casa y en la escuela.
Nota para los
familiares:
Las personas adultas somos muchas veces el modelo
a seguir para los más pequeños. Nuestros hábitos y modo de pensar a menudo son
imitados por ellos en un intento de parecerse a nosotros. ¡Seamos un
gran ejemplo e invitémosles a que realicen buenas acciones desde la
infancia aprendiendo de este modo la definición de solidaridad!
Los invitamos a escribir en una hoja aparte, qué
acciones solidarias pueden realizar en la escuela o cómo pueden ser solidarios con
la misma.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario