Actividad #14
Los valores son las
reglas de conducta y actitudes según las cuales nos comportarnos y que están de
acuerdo con aquello que consideramos correcto.
En esta ocasión pediremos que lean
en familia el siguiente cuento, al finalizar la lectura conversen en familia
sobre el mensaje que les deja esta lectura y realicen un dibujo.
Cuento infantil
sobre la perseverancia
¡Caramba, todo me sale mal! se lamenta
constantemente Uga, la tortuga. Y es que no es para menos: siempre llega tarde,
es la última en acabar sus tareas, casi nunca consigue premios a la rapidez y,
para colmo es una dormilona.
¡Esto
tiene que cambiar! se propuso un buen día, harta de que sus compañeros del
bosque le recriminaran por su poco esfuerzo al
realizar sus tareas.
Y es que había optado por no intentar siquiera
realizar actividades tan
sencillas como amontonar hojitas secas caídas de los árboles en otoño, o quitar piedrecitas de camino
hacia la charca donde chapoteaban los calurosos días de verano.
-¿Para qué preocuparme en hacer un trabajo que
luego acaban haciendo mis compañeros? Mejor es dedicarme a jugar y a descansar.
- No es una gran idea, dijo una hormiguita. Lo que
verdaderamente cuenta no es hacer el trabajo en un tiempo récord; lo importante
es acabarlo realizándolo lo mejor que sabes, pues siempre te quedará la
recompensa de haberlo conseguido.
No todos los trabajos necesitan de obreros rápidos.
Hay labores que requieren tiempo y esfuerzo. Si no lo intentas nunca sabrás lo
que eres capaz de hacer, y siempre te quedarás con la duda de si lo hubieras
logrados alguna vez.
Por ello, es mejor intentarlo y no conseguirlo que
no probar y vivir con la duda. La constancia y la perseverancia son buenas
aliadas para conseguir lo que nos proponemos; por ello yo te aconsejo que lo
intentes. Hasta te puede sorprender de lo que eres capaz.
- ¡Caramba, hormiguita, me has tocado las fibras!
Esto es lo que yo necesitaba: alguien que me ayudara a comprender el valor del esfuerzo; te prometo que
lo intentaré.
Pasaron unos días y Uga, la tortuga, se esforzaba
en sus quehaceres.
Se sentía feliz consigo misma pues cada día
conseguía lo poquito que se proponía porque era consciente de que había hecho
todo lo posible por lograrlo.
- He encontrado mi felicidad: lo que importa no es
marcarse grandes e imposibles metas, sino acabar todas las pequeñas tareas que
contribuyen a lograr grandes fines.
FIN